Nacido en una familia cristiana de Buenos Aires,
Olivares desde su infancia desarrolló pasión por la música. Participó a los 6 años en el coro infantil de la iglesia a la que asistían sus padres. Fue educado en colegios cristianos, pero se sintió sometido a una fuerte presión religiosa que antagonizaba con sus deseos de ser famoso en el rock. A pesar de ello en este colegio cristiano fue donde organizó su primera banda.
En su adolescencia lo enviaran a otro colegio en las afueras de la ciudad debido a su conducta problemática y fue el momento en que decidió abandonar el cristianismo. Cuando regresó a Buenos Aires, contactó a dos ex compañeros del colegio con quienes formó, en 1990, «Último Momento». Con este grupo participó en un concurso regional, en el que resultaron ganadores. En ese momento Pablo estaba decidido a lograr sus sueños sin importar quién podría ayudarle (el enemigo) con tal que le diese todo lo que anhelaba. Y es que Pablo llego a hacer de todo, incluso un pactó con el mismísimo Satanás.
Fue así como surge «Halógena» grupo que es referencia en el rock argentino. Logrando contrato con una disquera internacional impulsaría todavía más sus sueños de alcanzar el reconocimiento mundial con su música.
Por el año 1997, «Halógena» realizaba conciertos multitudinarios en Argentina, se codeaba con las más importantes bandas del rock mundial, como White Snake, Queensrÿche, Skidrow y Megadeth, y comenzó a viajar a otros países para tocar. En una visita en el año 1999 a Ciudad de México para participar en el festival Vive Latino, organizado por MTV, la banda fue secuestrada por antisociales y permaneciendo cautivos por horas. Allí Pablo
Olivares se vio enfrentado a una posible muerte y donde Dios lo confrontó con su realidad espiritual. Poco más tarde tras ser liberados por
los secuestradores, Pablo habló con su manager y regresó a Buenos Aires esa misma noche.
De vuelto en Argentina, Dios habría de encargarse de su restauración, en una congregación donde, mientras se hallaba sentado en la última fila, el Espíritu Santo libró una batalla dentro de él para una liberación y una rendición completa a Jesucristo.
Ahora Pablo
Olivares, bien cimentado en su vida cristiana, desarrolla un ministerio entre la juventud, visitando iglesias y compartiendo su testimonio y prueba de ello es "Poema de Salvación, película que todos deberían ver.